La hipertensión, o en otras palabras, hipertensión arterial, es una condición médica que se refiere a un aumento estable de la presión arterial. Se trata de una enfermedad que afecta cada vez más no sólo a pacientes mayores, sino también a personas más jóvenes.
Alrededor del 35% de la población enfrenta este problema antes de los 50 años. Las personas mayores de 65 años presentan síntomas en el 60% de los casos. Si la afección aparece a una edad más temprana, lo más probable es que esté asociada con una disfunción renal o una deficiencia de magnesio en el cuerpo.
La hipertensión arterial es un síntoma de muchas enfermedades crónicas. Además, provoca el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, incluidos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Una afección no tratada provoca complicaciones en el funcionamiento de los órganos internos.
Causas y factores de riesgo de la hipertensión.
Dependiendo de la causa de la hipertensión, existen:
- hipertensión primaria;
- secundaria o sintomática.
La hipertensión primaria es una enfermedad crónica que se manifiesta principalmente por un aumento de la presión arterial. En este caso, los síntomas no están relacionados con el curso de ninguna enfermedad. Sintomático: causado por una enfermedad específica. Los síntomas se pueden eliminar eliminando la causa subyacente.
En aproximadamente el 85% de los casos, la causa de la presión arterial alta es la hipertensión. Este diagnóstico se realiza cuando no se encontraron otras patologías durante el examen del paciente. Las razones también incluyen:
- enfermedades renales: poliquistosis, nefropatía, pielonefritis;
- trastornos del sistema endocrino: formación de tumores en las glándulas suprarrenales, páncreas, actividad excesiva de la glándula tiroides;
- lesiones aórticas;
- consumo excesivo de alimentos salados y sal pura;
- consecuencias de enfermedades infecciosas y virales;
- desequilibrios hormonales;
- sobreesfuerzo emocional.
La naturaleza de la aparición de la hipertensión arterial no está del todo clara. Pero los factores de riesgo que provocan la manifestación de hipertensión están bien estudiados. Éstas incluyen:
- herencia: si tiene uno o más parientes consanguíneos con la enfermedad, aumenta el riesgo de desarrollar síntomas;
- edad: las personas mayores de 60 años tienen más probabilidades de experimentar la afección que las personas más jóvenes;
- género: los síntomas aparecen con más frecuencia en hombres que en mujeres;
- baja actividad: un estilo de vida sedentario conduce al desarrollo de la enfermedad;
- altos niveles de adrenalina causados por estrés o sobreexcitación;
- obesidad o sobrepeso: los kilos de más crean una carga para todo el cuerpo;
- diabetes;
- de fumar;
- adicción al alcohol;
- niveles elevados de glucosa y colesterol en la sangre.
Tomar ciertas clases de medicamentos, como los anticonceptivos orales, también aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión. Los factores de riesgo enumerados provocan un estrechamiento gradual de los vasos sanguíneos y una obstrucción del flujo sanguíneo. Esta condición provoca un trabajo activo del corazón con carga adicional, lo que conlleva un aumento de la presión arterial.
Síntomas y etapas de la hipertensión.
En muchos casos, los pacientes no notan la aparición de un aumento de la presión arterial. Los primeros síntomas de hipertensión solo pueden detectarse durante el examen por otro motivo. Si se presentan síntomas, incluyen signos generales como dolor de cabeza, taquicardia y mareos. En el caso de la hipertensión arterial sintomática, son mucho más brillantes.
Los signos de hipertensión en hombres y mujeres son similares:
- Apnea del sueño, mala calidad del sueño, somnolencia diurna, ronquidos, falta de concentración, pérdida de memoria.
- Estreñimiento, sed, debilidad muscular, producción excesiva de orina.
- Dolores de cabeza, sudoración excesiva, taquicardia.
- Joroba en el cuello, estrías, alteración del metabolismo de los carbohidratos.
- Hipotiroidismo o tirotoxicosis.
- Sensación de frío en brazos y piernas, dolor durante la actividad y el esfuerzo físico, sangrado por la nariz.
- Debilidad, deterioro del estado general.
El desarrollo de la hipertensión suele dividirse en grados o etapas. Hay tres principales:
- Etapa I.No hay lesiones de órganos visibles ni manifestaciones de la afección. Pueden presentarse efectos cardiovasculares menores. Esta etapa se caracteriza por un aumento de la presión a 180/105 mm Hg. Arte.
- Etapa II.Se observa daño orgánico asintomático asociado con la hipertensión. Los pacientes notan un aumento de la presión hasta 200/115 mm Hg. Arte.
- Etapa III.Presencia de condiciones clínicas, incluyendo enfermedad renal, diabetes mellitus con daño orgánico. El nivel de presión en este caso alcanza los 230/130 mmHg. Arte. Es muy difícil reducir esta presión por sí solo, sin ayuda médica.
Dependiendo de la etapa de la hipertensión, la gravedad de los síntomas varía.
Complicaciones de la hipertensión
Si la hipertensión no se trata y los síntomas se eliminan solo con medicamentos, la enfermedad conduce a un aumento en el volumen del ventrículo izquierdo del corazón: hipertrofia. En este caso, las arterias no pueden proporcionar al corazón suficiente volumen y nutrientes. Como resultado, se desarrolla falta de oxígeno y enfermedad coronaria. Las consecuencias no tratadas conducen a un ataque cardíaco.
Lo más peligroso que puede afrontar una persona con hipertensión arterial es un derrame cerebral. Con el desarrollo rápido y activo de la hipertensión, los riñones también sufren y, posteriormente, puede desarrollarse insuficiencia renal.
Además, se altera la estructura de la retina del ojo. En algunos casos, esto conduce a una disminución o pérdida de la visión.
Diagnóstico de hipertensión.
Un grupo de médicos diagnostica y trata la hipertensión. Incluye un terapeuta, cardiólogo y especialistas. El peligro de desarrollar hipertensión arterial es que puede provocar complicaciones en otros órganos y tejidos. En este caso, el tratamiento debe involucrar a un nefrólogo, endocrinólogo, oftalmólogo y otros médicos.
En pacientes diagnosticados con la enfermedad, la primera línea de tratamiento es identificar la causa subyacente de la presión arterial alta.
Inicialmente, en la cita, el médico recogerá una anamnesis y estudiará los síntomas encontrados por el paciente. Además, examinará el historial médico familiar para excluir o confirmar un factor hereditario. El especialista realizará un estudio objetivo y determinará la altura, el peso corporal y su idoneidad para la edad.
El diagnóstico de laboratorio de hipertensión incluye las siguientes pruebas:
- Análisis de sangre generales.
- Análisis generales de orina.
- Nivel de glucosa.
- Perfil lipídico.
- Creatinina.
- Ácido úrico.
- ECG.
- Ultrasonido del corazón.
Además, dependiendo de la complejidad de la situación y la manifestación de los signos de la enfermedad, el médico también puede prescribir procedimientos más complejos.
Tratamiento de la hipertensión
Independientemente del grado de riesgo de desarrollar hipertensión arterial y la edad del paciente, el médico prescribe una reducción obligatoria de la presión arterial. Normalmente, el indicador debe estar por debajo de 140/90 mmHg. Arte. Alcanzar este valor reduce el riesgo de complicaciones. El plan de tratamiento depende de varios factores, incluida la edad del paciente, la etapa de desarrollo de la enfermedad y la causa de su aparición.
Las tácticas generalmente aceptadas para tratar la hipertensión implican tomar medicamentos destinados a reducir la presión arterial o estabilizarla. Por lo general, el curso dura entre 2 y 3 semanas y se lleva a cabo bajo la supervisión de especialistas especializados. La duración del tratamiento puede variar según la gravedad de los síntomas y el estado general del paciente. Los medicamentos para la hipertensión los receta un médico únicamente después de un examen completo del paciente.
El enfoque de tratamiento no farmacológico tiene como objetivo cambiar el estilo de vida, controlar la presión arterial diaria y normalizar el estado psicoemocional de una persona.
Prevención de la hipertensión
Cuando aparecen los primeros signos evidentes de hipertensión, debe consultar inmediatamente a un médico. El desarrollo de la enfermedad se puede prevenir realizando algunos cambios en el estilo de vida. La prevención de la hipertensión incluye:
- Dejar de fumar y el consumo excesivo de alcohol.
- Mantener el equilibrio hídrico. Una persona necesita beber una dosis diaria de agua potable limpia a razón de 30 ml por 1 kg de peso saludable. Por ejemplo, el requerimiento de agua para un hombre que pesa 70 kg es de 2100 ml.
- Reducir la cantidad de sal consumida y los alimentos excesivamente salados.
- Dieta para la hipertensión. Debe incluir tantos alimentos enriquecidos como sea posible en su dieta: verduras, hierbas, frutas, nueces y cereales. No se recomienda saltarse comidas.
- Hacer ejercicio diariamente. Un programa de entrenamiento y gimnasia para la hipertensión correctamente elegidos ayuda a tonificar los músculos y los vasos sanguíneos. Los expertos no recomiendan que los pacientes hipertensos incluyan en su actividad diaria la carrera rápida, el ejercicio con barra o mancuernas.
La detección temprana de signos de hipertensión y la consulta oportuna con un médico pueden evitar consecuencias irreversibles. No debe automedicarse ni recetar pastillas para la hipertensión. Sólo un especialista competente puede identificar la causa, establecer una conexión entre las enfermedades y prescribir un plan de tratamiento integral.